Antes de ver mi cartera quería comentar un par de cosas.
Los que me seguís de hace tiempo, sabéis que llevaba muchos años invirtiendo en indexados. Es decir, metiendo dinero de forma recurrente para invertir en la bolsa de todo el mundo a largo plazo.
Pues bien… he dejado de hacerlo.
En los últimos meses mi estrategia de inversión ha dado un giro de 180 grados porque creo tener motivos tan fuertes y contundentes como mis pectorales.
Al igual que un buen press de banca la crisis de la pandemia nos forzó. Nos forzó a cuestionarnos cosas que antes no nos hubiéramos planteado. Para algunos fue que tenían que hacer más deporte, para otros mejorar sus relaciones sociales, sus finanzas, o su vida en general.
Yo me pregunté si lo que estaban haciendo nuestros gobiernos tenía sentido. Miramos con ojos escépticos el porrón de pasta sacada de la manga que lo bancos centrales usaron para inyectar en la economía, y nos empecemos a hacer preguntas sobre el sistema monetario actual.
Agradezco un montón que esto sucediera porque de lo contrario no habría vuelto a los básicos, a lo simple.
Me di cuenta de que estaba de pies en las arenas movedizas de la inversión pero que ni siquiera me había preocupado de dejarme sumergir en los pilares de las finanzas personales: el dinero como tal.